viernes, 20 de abril de 2012

Fernando Paz Castillo:

Poesía

La calma,
lejana, íntima
que tiene el ímpetu audaz
del monte altivo.
El resplandor dormido,
más rojo que el rojo
y menos rojo
que el rojo,
sobre la inquieta llama
o en la llama agonizante.
El punto
indefinido
de donde regresa la mirada
insegura,
de conquistar la nada
de su origen.
La palabra buena,
la palabra mansa
que al fin de muchas luchas,
y triunfos y derrotas,
encuentra,
que sólo sabe comprender,
callada.


Walt Whitman:

Primera Parte del Poema “Canto a Mí Mismo”        
Yo me celebro y yo me canto
Y todo cuanto es mío también es tuyo,
Porque no hay un átomo de mi cuerpo que no
Te pertenezca.

Indolente y ocioso convido a mi alma,
Me dejo estar y miro un tallo de hierba de verano.
Mi lengua, cada átomo de mi sangre, hechos con esta
Tierra, con este aire.

Nacidos de padres cuyos padres nacieron aquí, lo
Mismo que sus padres.
Yo ahora, a los treinta y siete años de mi edad y con
Salud perfecta, comienzo,
Y espero no cesar hasta mi muerte.

Me aparto de las escuelas y de las sectas, las dejo atrás
Me sirvieron, no las olvido;
Soy  puerto para el bien y para el mal, hablo sin
Cuidarme de riesgos.

Naturaleza sin freno con elemental energía. 

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