Fernando Paz Castillo:
Poesía
La
calma,
lejana,
íntima
que
tiene el ímpetu audaz
del
monte altivo.
El
resplandor dormido,
más
rojo que el rojo
y
menos rojo
que
el rojo,
sobre
la inquieta llama
o
en la llama agonizante.
El
punto
indefinido
de
donde regresa la mirada
insegura,
de
conquistar la nada
de
su origen.
La
palabra buena,
la
palabra mansa
que
al fin de muchas luchas,
y
triunfos y derrotas,
encuentra,
que
sólo sabe comprender,
callada.
Walt
Whitman:
Primera Parte del Poema
“Canto a Mí Mismo”
Yo me celebro y yo me canto
Y todo cuanto es mío también
es tuyo,
Porque no hay un átomo de mi
cuerpo que no
Te pertenezca.
Indolente y ocioso convido a
mi alma,
Me dejo estar y miro un
tallo de hierba de verano.
Mi lengua, cada átomo de mi
sangre, hechos con esta
Tierra, con este aire.
Nacidos de padres cuyos
padres nacieron aquí, lo
Mismo que sus padres.
Yo ahora, a los treinta y
siete años de mi edad y con
Salud perfecta, comienzo,
Y espero no cesar hasta mi
muerte.
Me aparto de las escuelas y
de las sectas, las dejo atrás
Me sirvieron, no las olvido;
Soy puerto para el bien y para el mal, hablo sin
Cuidarme de riesgos.
Naturaleza sin freno con
elemental energía.
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